
Juan José Castelli como Moreno, Belgrano y Monteagudo entre otros integraron el ala más radicalizada de la Revolución de Mayo. Inspirados en los ideales de la Revolución Francesa no concebían la libertad sin la igualdad.
Precursor de la Revolución, defensor del ideal independentista, de la igualdad (en el Alto Perú proclamó el fin de la servidumbre indígena) y de la unidad por la libertad de toda América, Castelli ganó enemigos entre los peninsulares y criollos moderados que temían la igualdad con los indígenas y la restitución de sus tierras.
Principal orador en el Cabildo Abierto del 22 de mayo de 1810 en defensa de la retroversión de la soberanía al pueblo, luego de la derrota de Huaqui (20 de junio de 1811) y el avance de los moderados en la Junta Grande, fue detenido y enjuiciado en Buenos Aires acusado de promover ideas de independencia.
Castelli, el orador de la revolución, no tiene voz para defenderse. Galeano escribe “…agitador de indios, justiciero de pobres, vocero de la causa americana, no puede defenderse. Un cáncer le ha atacado la boca. Es preciso amputarle la lengua. La revolución queda muda en Buenos Aires”.
El 12 de octubre de 1812 muere y su juicio queda inconcluso, así como el sueño de igualdad y dignidad que este revolucionario al igual que Moreno y Belgrano sostuvieron. Revolución inconclusa, sueño que se fortalece en una Argentina donde la inclusión social sigue siendo un problema sin resolución.
Bibliografía sugerida:
Eduardo Galeano, Memorias del fuego.
Julio Cháves, Castelli el aladid de mayo.
Andrés Rivera, Las revolución es un sueño eterno.
Noemí Goldman, Historia y lenguaje. Los discursos de la Revolución de Mayo.